Slow. Slow food. Slow life. Slow love. Slow cities. Slow fashion.
Mientras la vida se ha ido acelerando a nuestro alrededor, y nosotros con ella, o ella con nosotras, no dejan de salir iniciativas slow. ¿Y eso por qué? Tenemos la necesidad de recuperar el control de nuestra vida y de nuestros actos, desacelerar y tomar consciencia, respirar y volver a dar valor a algunas cosas, que por el camino, hemos olvidado que son importantes.
La filosofía slow persigue desacelerar la actividad humana, aprovechando los beneficios que la tecnología nos puede aportar, sobretodo a nivel de optimización del tiempo, del trabajo y de las comunicaciones, pero dando prioridad e importancia a las actividades que nos permiten desarrollarnos como personas, así como también dando espacio y tiempo de calidad a la socialización.
Carl Honoré, periodista canadiense autor del libro Elogio de la lentitud, se ha convertido en uno de los teóricos de este movimiento mundial.

Slow food
Podemos encontrar el orígen del movimiento slow en el slow food. Este movimiento surgió en 1986, en Roma, concretamente en la Plaza de España, donde se realizó un acto de protesta contra un “restaurante” Mc Donalds. El periodista Carlo Petrini consideró este echo, el inicio del declive alimentario de los europeos, empeñados en imitar el modelo americano. Así se fundó el movimiento internacional Slow food; un movimiento que reivindica el consumo de productos regionales y de temporada, así como las recetas tradicionales. Visit this page to date a woman.
Slow Fashion
El término fue propuesto por Kate Fletcher en 2007 haciendo referencia al movimiento de moda sostenible. El slow fashion es algo más que lo contrario del fast fashion. No sólo va en contra de la velocidad que promueve la moda de las grandes cadenas, que renuevan sus tiendas con hasta 50 colecciones al año, y con tiempos de producción que van más allá de las posibilidades de producción dignas y de calidad.
El slow fashion representa y defiende otra forma de entender y crear moda. Defiende las diferencias propias de cada lugar, huyendo de la estandarización que ha traído consigo la globalización, dando mucha importancia a los distintivos culturales de cada zona y a las especificidades artesanales propias de cada región. Además requiere un cambio estructural y una producción mucho menor, rompiendo con los objetivos y valores actuales e imperantes.

Los 8 principios de la moda slow
Los principios de esta moda responsable se podrían resumir en estos 8 puntos:
- Romper con los esquemas de la moda masiva
- Elegir productos artesanales
- Apoyar comercios pequeños y de proximidad
- Apostar por el comercio justo
- Comprar ropa de segunda mano y donar la ropa cuando ya no se usa
- Optar por prendas de calidad que duren en el tiempo, que sean reparables y que trasciendan las tendencias
- Promueve al DIY (Do It Yourself) o HTM (Hazlo Tu Mismo), la autocostura, la reparación, customización,…
- Propone reducir nuestro consumo: comprar menos y de mejor calidad.
Es decir, que en sus principios, tiene muy en cuenta el papel del consumidor y sus hábitos como parte indispensable para conseguir un cambio real en la producción y el consumo de moda.
Así que ya sabes, coge las riendas que te pertocan y ¡a cambiar el mundo!
Imágenes de Unsplash: Chris Montgomery, Andre Gaulin/ Imágen propia del tutorial de la Camisa Doll Asimétrica